Hoy el aire duele y el miedo se siente.

Hoy la ansiedad nos invade y la respiración se dificulta.

Hoy la angustia nos cierne y la indiferencia nos hiere

Hoy la deshumanización nos masacra y el futuro nos aterra.

Hoy respiramos miedos y la esperanza se quiebra.

Hoy las armas abundan y la empatía se ausenta.

Hoy, guardamos un minuto de silencio por los muertos en los desiertos, mares y ríos de las fronteras del mundo, los genocidios del capitalismo, las segregaciones raciales, la masacre de la Pacha Mama, la pérdida de valores, los ataques a nuestras comunidades como las agresiones en el Bay Area (CA), los tiroteos de Atlanta Georgia y Boulder Colorado, entre tantos otros. 

¡Hoy después del minuto de silencio, rompemos el silencio, 

levantamos nuestra voz y denunciamos las opresiones que nos encarcelan y deshumanizan!

¡Alto al racismo! ¡Alto a la xenofobia! ¡Alto al sexismo! ¡Alto a la homofobia! 

¡Alto a un sistema capitalista y colonialista! 

¡Alto al odio y a la violencia en todas sus expresiones!

 Este es el momento de cambiar. ¿Cuál es el mundo que queremos dejar a las nuevas generaciones? Un mundo adormecido y adiestrado para cumplir los intereses de unos pocos. Una sociedad que se escupe a sí misma. Una humanidad predadora de la vida y la dignidad en todas las expresiones.

Con esta denuncia queremos llamar al desaprendizaje para cuestionar lo establecido con una mirada de curiosidad. ¿De dónde he aprendido mi relación con el poder? ¿Qué privilegios tengo para utilizarlos para liberar a mis hermanos y hermanas? ¿Qué ausencia de privilegios me llaman a organizarme con mis hermanas y hermanos?¿Qué prejuicios dominan mis relaciones con la vida?

 Ciertamente vivimos momentos en donde el aire nos duele pero también es un momento de esperanza, de lucha, de organización, de convocar al respeto a la mujer, honrar nuestras diferencias, de resiliencia y resistencia, de respeto al prójimo y a nuestro entorno, de amor rebelde y furioso. ¡La esperanza es mucha! ¡Somos una comunidad resiliente y HOY acudimos a la fuerza que da el acompañamiento! ¡La magia de vernos unos a otros! La valentía de no callarnos y preguntarnos conscientemente “¿Qué puedo hacer yo para desaprender? ¿Qué puedo hacer yo para levantar mi voz? ¿Qué me toca desaprender? ¿Qué me toca incorporar?

Lo que esperamos de los aliados

  • Cuestionar siempre las relaciones de poder y privilegio y su impacto en la sociedad
  • Despertar su curiosidad para estar más informados sobre lo que acontece a su alrededor, con las distintas comunidades y en otras partes del mundo.
  • Mantener la curiosidad de ir más allá y siempre preguntarnos “¿Qué está pasando?” “¿Cómo desaprendo?  y “¿Cómo puedo contribuir desde mi lugar?” 
  • Despertar y atreverse a mirar y escuchar aunque sea incómodo y doloroso
  • ¡No soltarnos las manos y seguir colaborando como comunidad!

En un discurso referente al ataque ocurrido en Atlanta, Georgia contra la comunidad asiática, Biden expresó que el silencio es complicidad. El silencio mata y la falta de acción contribuye. Todas las personas debemos preguntarnos “¿Y a mí, qué me toca hacer?”.

Hace días Jesús Vargas, un pescador en Laredo, Texas lanzó su caña de pescar para salvar un niño que se ahogaba en el Río Bravo ante la mirada indiferente de oficiales de inmigración. Esta persona usó la herramienta que tenía en sus manos para ayudar a un ser humano. No desestimemos nuestra capacidad de hacer cambios de conciencia y transformar nuestra sociedad. Las patrullas de inmigración miraron hacia un lado y aún con todo su poder decidieron no intervenir. El Señor Vargas, en su sencillez, utilizó lo que estaba en sus manos para rescatar a una criatura. ¿Y tú? ¿Cuál es tu caña de pescar que tienes para hacer una diferencia en lugar de mirar a un lado? Por favor, ¡NO MIRES A UN LADO!

Con amor y esperanza,

Claudia Arroyo 
Directora Ejecutiva 

NUESTRAS VOCES.
Estas citas son algunas de las reflexiones que surgieron en una de nuestras reuniones sobre los recientes ataques a la comunidad asiática en Estados Unidos, cómo estamos viendo estos y otros actos de violencia.

“Viendo todo lo que está pasando actualmente me pone a pensar en mis hijas, en las nuevas generaciones y me preocupa demasiado el mundo que les vamos a dejar. Por estas generaciones y las futuras siento que NO me puedo rendir, que está en cada uno de nosotros luchar para que lo que estamos viviendo no sea la realidad de un futuro y que todos los que tenemos los ojos abiertos y la conciencia tenemos la responsabilidad de seguir luchando para generar un cambio.”

Claudia Delgado

“Cuando escucho que en esta pandemia las mujeres hemos retrocedido 25 años en nuestros derechos, cuando veo que en mi país, Chile, aún siguen torturando, desapareciendo personas, violando o sacándole los ojos con la misma impunidad que durante los tiempos de dictadura, por solo decir: Basta! Pero veo los movimientos feministas y la comunidad de mi país unida saliendo a calle por sus derechos, veo a las comunidades de color liderando en el movimiento de cooperativas, a las y los inmigrantes que no se rinden por su derecho a una vida digna, y vuelvo a respirar, logro ver el vaso medio lleno, logro ver que toda nuestra lucha para cambiar las cosas vale la pena y que no debemos rendirnos hasta que la dignidad se haga costumbre!” 

Dani Preisler

“Para mi es básico la importancia de recuperar los valores y transmitirlo a la generaciones futuras. Mi madre no tuvo una educación formal, ni la oportunidad de tener relación con otras culturas, ni de poder viajar y conocer otras realidades… pero me transmitió los valores de respeto y amor al prójimo, y para mi es así de simple. Mi reflexión en estos momentos que estoy sobrepasada por la rabia, la tristeza y por el pensar que queda tanto por hacer… es parar, respirar y preguntarme: ¿qué puedo hacer yo? ¿cómo puedo actuar en mi entorno? Y seguir manos a la obra trabajando para seguir transformando las cosas.”

Maite Gascó

“Vengo de una comunidad señalada, donde me da miedo ir al baño de algún restaurante o lugar  por que si esta muy bonito me vayan a tratar mal y hacer mala cara, me da terror entrar algún lugar y ser vista mal o diferente y me digan algo, así que prefiero no entrar, pero al mismo tiempo mi camino me está haciendo abrir los ojos y pensar que eso no es normal como a mi me habían hecho creer, en este momento me siento privilegiada al estarme dando cuenta que no es normal, y eso no debería ser así! Creo que es trabajo de todos es hablar de las cosas como son, seguir hablando, y decir las cosas como son, es racismo, es abuso, es patriarcado.”

Anahi Rojas

“A mi me da miedo la sección de la población que parece que ha perdido la capacidad de la empatía. Creo que empieza con la empatía por uno mismo. De alguna forma, el sistema capitalista y colonialista nos ha deshumanizado a todos y todas. Nos ha convertido a todos en, o dueño de capital, o consumidor, o parte de la máquina. Quiero poder unir a más de esa gente que parece que ha perdido la capacidad de empatía, a una conciencia más realista, más colectiva para poder seguir cambiando el rumbo de este barco juntos.”

Dani Ancin

“Hablar de esto es muy fuerte y doloroso, pero es muy importante juntarnos en comunidad para hablar y escucharnos. Hablar es medicina. Escucharnos es sanador. Debemos denunciar los miedos para que estos no nos paralicen y aislen. El pronunciamiento de Prospera en contra del racismo, xenofobia, machismo, sexismo, etc. es una voz colectiva. Buscamos una sanación que despierte nuestra curiosidad de descubrir ¿Cuál es mi rol para generar el cambio que quiero ver en el mundo? No queremos mirar a un lado. Queremos mantenernos despiertas, aunque a veces el estar despierta sea doloroso” 

Claudia Arroyo

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